martes, 26 de mayo de 2009

Una Cumbre colmada de experiencias



A raíz de un convenio entre la Municipalidad de General Pueyrredón y diversas instituciones terciarias y universitarias de Mar del Plata -entre ellos la Universidad Fasta- alumnos de distintas carreras trabajaron como voluntarios para la Cancillería y la Secretaría de Medios de la Nación durante la IV Cumbres de las Américas. Esta reunión de presidentes del continente americano tuvo lugar el 4 y 5 de noviembre de 2005 en la ciudad costera, con la realización de reuniones ministeriales donde se debatieron diversos temas una semana antes de las fechas mencionadas.


Las Reuniones

Los voluntarios fueron seleccionados en agosto y presentados a las autoridades de Prensa del municipio. En esa época, se encontraba en el cargo de director Gonzalo Alfonso, quien junto a su equipo se encargaron de organizar reuniones informativas y de trabajo en equipo.

Bajo las directivas del municipio, se realizó un suplemento sobre la cumbre que fue publicado por diversos medios, entre ellos el diario La Capital. Se trataba de 8 páginas con entrevistas y notas sobre qué era una cumbre y su historia, cómo sería la seguridad del perímetro donde se desarrollaba el evento y las obras públicas financiadas por Nación para "hacer de Mar del Plata un centro turístico internacional", entre otros temas. Fue así que desde septiembre comenzamos a trabajar en difundir información sobre la Cumbre.

Espacio de Encuentros

Allí me reencontré con Angélica Ledesma, estudiante de comunicación social y compañera de la facultad. Nos habíamos cruzado en varias oportunidades y habíamos realizado varios trabajos prácticos juntas, entre ellos uno de Cine que constó de un documental sobre el artista Villar Errecart y un corto de ficción. A pesar de ello, nunca nos habíamos dado el tiempo para conocernos mejor y compartir lindos momentos, como haríamos más tarde en la cumbre y luego hasta la actualidad.

Más de 1500 periodistas de todo el mundo se acreditaron para cubrir el evento y Mar del Plata se estaba convirtiendo en el eje de muchas situaciones. La primera, dichos y acusaciones por parte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, contra el primer mandatario norteamericano en aquel momento, George Bush (hijo). Chávez fue la cabeza visible del apoyo a la contra-cumbre con el "Tren del Alba". Ese tren -lejos de ser el tren bala del kirchnerismo- contó con la presencia de figuras como Evo Morales -en ese momento aún no había sido electo presidente de Bolivia-, Adolfo Pérez Esquivel y Diego Maradona. El presidente argentino de ese entonces, Néstor Kirchner, apoyó su realización.

También, existió una marcha en repudio al ALCA y a la presencia de Bush caracterizado por destrozos en varios locales comerciales de la Avenida Colón. Después se comunicó que los detenidos era integrantes del grupo Quebracho y agrupaciones piqueteras.

La segunda situación tuvo implicada a la seguridad del evento. Es tradición -protocolo desde la realización de la primera cumbre en Miami- que se adopten extremas medidas de seguridad en el sector donde se lleva a cabo el evento más importante del continente-. Se establecieron tres perímetros alrededor del Hotel Hermitage -donde se reunieron los presidentes-, del Centro Internacional de Prensa -que funcionó en un complejo instalado en la playa- y del Hotel Sheraton -donde se alojó la comitiva norteamericana y su presidente-. El primero estuvo compuesto por la Policía Bonaerense, el segundo por la Federal y el tercero por Gendarmería. En cada vallado donde se diferenció los sectores, se pedían las credenciales y documentos autorizados a ingresar. Meses antes, los vecinos que viven en esa zona hicieron largas colas en las comisarías para obtener la correspondiente credencial que los autorizó a ingresar a sus propias casas.

Alrededor del tema se la seguridad se hicieron conjeturas de todo tipo. Se dijo que iba a haber un atentado terrorista. Otra versión que circuló fue que soldados norteamericanos se habían "adueñado" del lugar y que el auto que trasladaba a Bush poseía un sistema de bloqueo de señales de celulares a 8 km a la redonda. Lo cierto es que yo estuve ubicada a menos de un km de Bush mientras subía a su vehículo y estaba hablando por celular sin inconvenientes, así que esa teoría cayó por completo.

Asesoramiento a Periodistas

En dicha cumbre, estuve en el Centro de Acreditaciones ubicado en el Hotel 13 de Julio, a cargo de la Secretaría de Medios de la Nación. Allí se trabajó junto a Julio López y su equipo, entre los que recuerdo con cariño a Gloria Díaz, Marilé Staiolo, Ariel Gutiérrez, Leandro Mórtola, fotógrafos de Presidencia y choferes. Se brindó asesoramiento a los periodistas que lo requerían.


Por la tarde, trabajé en el Centro Internacionla de Prensa (CIP) a cargo de Cancillería de la Nación. Los voluntarios ayudábamos y asesorábamos a los periodistas y, en algunas ocasiones, entregamos los informes de lo manifestado en las reuniones ministeriales previas. Allí tuve la oportunidad de conocer a periodistas como Gustavo Sierra de Clarín, Reinaldo Sietecase, Pedro Brieger y Alejandro Sangenis de Gente dentro de la camada argentina. Entre los extranjeros conocí a Martha Beck de O Globo Brasil, Raffaele Fichera de RAI, Andrés Oppenheimer de The Miami Herald, Dima Khatib de Al Jazeera, Steve Ringstone de la BBC y Colin McMahon de Chicago Tribune.

Fue una excelente experiencia, donde además de aprender y conocer gente, tuvimos la oportunidad de vivenciar las disputas de poder entre Cancillería y la Secretaría de Medios. Recuerdo a una persona de Cancillería que nos trataba muy mal, sólo a los voluntarios que de mañana estábamos con la Secretaría y de tarde con ellos. No recuerdo su nombre, pero varios lo recordamos por sus modales. En una oportunidad dijo que éramos insignifcantes. Más allá de que eso fuera cierto o no, no sólo tuvo problemas con nosotros sino también con el Director de Prensa del municipio, Gonzalo Alfonso. En una situación compleja donde vecinos del lugar fueron al CIP a realizar reclamos al intendente marplatense del momento, Daniel Katz, este muchacho de Cancillería quería obligar a Katz a salir por ese sector porque "no era su problema y como era mala imagen que se los lleve a otro lado". Situación tensa que derivó en el enojo de los asesores de Katz y que con insultos de un lado y del otro, empujones y demás, Katz lo resolvió con cintura, como se suele decir y el "Cancillería Boy" se quedó muy enojado y lidiando con su ego.

Más allá de todo, la IV Cumbre se desarrolló con normalidad y lo relatado aquí sólo fueron los entretelones. No se llegó a un acuerdo sobre el ALCA y varios presidentes se fueron sin firmar la Declaración Final -qué casualidad, de la misma manera que finalizó la V Cumbre realizada semanas atrás en Trinidad y Tobago-.

En el camino quedó mucha buena onda con la gente de la Secretaría de Medios, con compañeros de las carreras de Inglés, Turismo, Relaciones Públicas y Comunicación Social de las distintas instituciones y con el equipo de prensa del municipio, entre ellos Diego Nifuri.

María Fernanda González

26 de Mayo de 2009

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