viernes, 20 de febrero de 2009

Artículos publicados - Día de la Madre

Neuquen, 15 de Octubre de 2006

Día de la Madre


Un amor sin fronteras


Ana María Vieyra, Alejandra Nadale, Noemí Galán, «Cuca» Riquelme, Alicia Pietrowsky, Valeria Rodríguez, Marta Iomi y Mónica Perelló durante una de las reuniones donde ponen a prueba su imaginación con muchas risas.

En un pequeño homenaje, tres historias de vida que reflejan que la vida continúa a pesar del dolor, y que con cariño todo se puede alcanzar.

Neuquén > Si bien el Día de la Madre es todos los días, o por lo menos así debería ser, hoy se festeja a nivel comercial en todo el país. En cada punto de la Argentina, cada madre será agasajada de diversas maneras.
Cuando el sufrimiento, el dolor o la pobreza rodean a una familia, el mejor regalo que se puede brindar es el amor de los hijos hacia la madre. Otras contarán con mayores posibilidades económicas y recibirán grandes regalos.
Sentimientos sin explicación
Pero cuando una mujer encuentra su realización como persona siendo mamá, no hay elemento material que logre superar el cariño, las caricias y los buenos sentimientos que los hijos les pueden brindar. Desde el momento del embarazo, la mujer comienza a tener sentimientos inexplicables, algunos dicen que se vuelve hipersensible. Pero lo cierto es que la sensación de tener un bebé en la panza y sentir que se mueve, es un privilegio que sólo las mujeres comparten.
Felicidad completa
Luego llega el magnífico momento del nacimiento, que fuera de toda explicación científica, el sufrimiento físico es nulo comparado con la satisfacción y la felicidad interna que tiene una madre al recibirlo en sus brazos. Cuando crecen comienzan las preocupaciones, la escuela, diversas actividades, las primeras salidas a bailar, las reuniones con amigos, los viajes. Y muchas veces las caracterizan de sobreprotectoras. Pero todo es fruto de un amor sin fronteras.En el mundo las personas viven diversas circunstancias, cosas que pasan que les hacen cambiar la vida en forma completa. Estas historias reflejan que a pesar de la crueldad de la vida, se puede seguir adelante con alegría.

Participar en la escuela para educar mejor
Un grupo de madres de la Escuela Nº2 utilizan el teatro para reflexionar sobre la discriminación.Entre risas y un poco de imaginación, mamás y profesoras de música se unieron para comunicarse de una manera diferente con los chicos.

Neuquén > Ellas son siete mamás, amas de casa, que junto a las profesoras de música de la escuela Nº2 ubicada en Av. San Juan y Buenos Aires, formaron un grupo de teatro. A pesar de diversas edades, lograron unirse para participar en la educación de sus hijos.
El grupo surgió con motivo de tratar ciertas problemáticas que día a día vive la escuela, como por ejemplo la violencia y la discriminación. Está compuesto por Marta Iomi, Alejandra Nadale, Valeria Rodríguez, Alicia Pietrowsky, Mónica Perelló, Dulmira “Cuca” Riquelme –abuela- y Dolores De Ferrari. Las docentes que las acompañan son Noemí Galán y Ana María Vieyra. Se reúnen todos los martes de 16 a 17.30.
“Priorizamos temas que se dan en la escuela, discriminación por ejemplo. Queremos dejar un mensaje en lo que pasa en el colegio” dijo Alejandra, y Noemí agregó que “por ejemplo, tratamos la falta de diálogo en la familia y la independencia. Para eso hicimos la obra ‘La familia de la soga’.
¿Cómo surgió?
Entre risas y buen humor, poco a poco las nueve mujeres van recordando las obras que desde hace dos años vienen haciendo, desde que la escuela cumplió 100 años y le pidieron a los padres que crearan una canción. “Así fue como decidimos juntarnos, empezó con la canción y después pensamos que era buena idea comunicarnos con los chicos a través del teatro” expresó Marta.
Intentan tratar las problemáticas dejando un mensaje y una reflexión para cambiar ciertas conductas violentas en los chicos. Para Valeria fue toda una nueva experiencia, porque tenía dudas sobre cómo iban a reaccionar los chicos y sus propios hijos, pero comentó que “se enganchan, les encantó a todos y están siempre a la expectativa de cuándo realizaremos una nueva obra”. Alicia opinó que “en la escuela se dan situaciones como apodos que llevan a la discriminación y de allí surge la violencia, por eso la idea de tratarlos, porque esas cosas hieren”. Las obras son un disparador para que los chicos “se planteen las cosas y las reflexionen, son otro método al sermón y al consejo que se les brinda” comentó Mónica.
Con producción propia
Cada parte de la obra es creada e ideada por ellas. El vestuario, el maquillaje, la música, los textos, los elementos a utilizar, la escenografía. “Hasta la producción es original, nada trucho, lo hacemos nosotras” dijo Alejandra.
El sábado 7 de octubre pasado presentaron un ballet con la música “El vals de las flores” de Tchaicovsky en un bingo a beneficio de la escuela. Según Noemí, “de ahí surgió que nos abriéramos y mostráramos lo que estamos haciendo, porque nos alentaron los demás”. Por ello, el próximo 24 a las 16 se presentarán en la escuela 198 de Villa Ceferino.
“Es una manera de participar en la escuela y estar en contacto con la realidad que viven las mismas y apoyar a los docentes. Los chicos ven a los padres y a los docentes de otra manera” dijo Valeria.

“Las madres vivimos para nuestros hijos”
A pesar de que su hijo desapareció hace treinta años, Inés trata de vivir con alegría. Según dijo, lo hace por “los que todavía viven”.

Neuquén > A veces la vida ofrece diversos obstáculos y el camino por recorrer está lleno de piedras y ramas. Inés Ragni, madre de Plaza de Mayo de Neuquén, tuvo que transitar un sendero difícil, hace treinta años atrás.
Fruto de la dictadura militar, su hijo al igual de 29 mil personas más, desaparecieron bajo el perfil de una “reorganización de seguridad nacional”. Inés tenía una agencia de quiniela cuando su hijo desapareció. Sin embargo, se las arregló para seguir trabajando y comenzar una lucha sin fin.
Con el paso del tiempo no pudo dedicarse al negocio y optó por ser ama de casa, cuidar de sus hijos y su marido, sin abandonar nunca la lucha. En este día, Inés dijo que hay que “recordar 30 mil hijos desaparecidos que no están en estas fechas pero que se siguen recordando porque hay más hijos y hay nietos. También están los hijos de los amigos que tienen contacto con nosotros. No nos juntamos con tristeza, sino con alegría porque hay que recordar este día con alegría”.
Con otros ojos
Durante estos treinta años de lucha y dolor, Inés aprendió a ver la vida en forma diferente. “Nos cambió mucho la vida, pero a raíz de que van pasando los años nos vamos dando cuenta de que la vida sigue. Y la vida sigue en otros hijos, en los nietos, en todos los que hoy estemos para seguir luchando por todos los jóvenes, por todos los estudiantes”.
Para Inés, al igual que el resto de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la lucha es toda una responsabilidad. “Tenemos que seguir sin dar un paso atrás. La única lucha que se pierde es la que se abandona. Entonces las Madres hemos jurado con nuestra primera consigna ‘Aparición con vida’” aseguró. Y agregó que “mientras en este país no haya justicia y todos los asesinos y torturadores no vayan a la cárcel esa consigna no se baja”.

En la búsqueda
En estos días, Inés está pendiente de lo que sucede con la situación del testigo por la causa Etchecolatz, Jorge Julio López. “A 30 años que han pasado de la dictadura militar, se dice que estamos en gobierno democrático. Sin embargo, hay varios desaparecidos. Jorge Julio López se sumó a ellos desde hace 20 días cuando tenían que protegerlo” opinó. Y agregó que “Nos duele muchísimo que hoy tenemos que empezar a peregrinar igual que hace 30 años atrás. López sería un hermano nuestro porque es una persona mayor, pero lo tenemos que buscar. El presidente al primer o segundo día de su desaparición tendría que haber dispuesto medios para protegerlo”.
Con la tranquilidad que transmite su voz, Inés manifestó que “tenemos que darnos cuenta que tenemos que seguir cada día más fuertes en esta lucha. No hay que tener miedo. Nos interesa que tienen que ir a la cárcel, no es por odio ni venganza, es pedir justicia”.
En familia
El festejo de hoy la encontrará rodeada de sus hijos, nietos y amigos que se “agregarán a la mesa, que para nosotros es una mesa muy grande y eso es muy lindo”. Para Inés, “es un día que lo recordamos con mucha alegría, porque hace falta la alegría también y siempre estamos con tristeza y así no se puede vivir”.
Con el pañuelo blanco impecable sobre su cabeza, Inés dejó un mensaje para todas las madres en su día. “Diría a todas las mamás que pasen un muy buen día, todas esas mamás que tienen la suerte de tener a sus hijos alrededor de la mesa y que tengan la suerte de un trabajo digno para darle ese día una rica comida, un rico postre, que ese día cada mamá pueda hacer algo rico para los hijos. No importa que sea el día de la madre y digan que no tenemos que trabajar, la madre trabaja igual, porque las madres viven para sus hijos no los hijos para las madres” expresó.
Vivir con alegría a pesar del dolor
Alicia González atiende con cariño a pacientes con cáncer.
Hace 39 años que eligió ser enfermera. Para ella es una vocación innata, que con el paso de los años le enseñó a manejar situaciones difíciles.

Neuquén > Alicia González es enfermera de Luncec (Lucha Neuquina contra el Cáncer) ubicada en Islas Malvinas 1329. Con sus 57 años atiende y brinda confort a las personas que están internadas en la fundación. Hace catorce años que trabaja en Luncec, aunque es enfermera desde los 18 años. Tiene cuatro hijos y seis nietos.Su función es trabajar con las personas con enfermedades terminales. “Yo trabajo con lo relacionado al dolor en la última etapa de la vida de las personas y se brinda cuidados paliativos, que abarcan la medicación y la hidratación para que no sufran tanto” comentó Alicia.
“Es un sentir muy especial del estado de cada uno, se ve como van muriendo lentamente y es como una florcita que se va marchitando” contó Alicia. En cada gesto, cada caricia que puede brindar, Alicia trata a los pacientes con ternura, como una forma de intentar aliviar por el difícil momento que les toca vivir.
Parte de la familia
Alicia es una mamá del corazón que trata a cada uno de los pacientes como si fueran parte de su familia. Según Alicia “la última etapa de sus vidas la pasan en la cama, y nosotros aprendemos a quererlos como si fueran nuestra familia. Hay una muy buena convivencia”. Y agregó que “ellos están en la cama, se levantan de a ratos, se juntan, miran televisión y toman mate. Se trata de brindar un ambiente cálido y hay una psicoterapeuta que les hace hacer actividades recreativas”.
Para Alicia, su profesión implica tener un compromiso día a día “con un sentir más allá de lo cotidiano”. Aprender a manejar situaciones de dolor y sufrimiento no es tarea fácil para cualquier persona. Alicia encontró la manera de comprometerse con su trabajo durante ocho horas y cortar el cable que la conecta al regresar a su casa, para poder disfrutar de su familia.
No cargar con la mochila“Uno va ejercitando la forma de sacar esa carga, a través de la retroalimentación, el ser humano, quiera o no, siempre está haciendo la empatía” comentó. Y agregó que “se logra con mucha fe porque es una lucha espiritual, porque por más que uno diga tengo cansancio mental o físico, pero también está el espíritu, la vida de cada uno de nosotros tiene que ver mucho con este espíritu y el alma de cada uno”. Igualmente, para ella lleva años poder manejar “lo que uno vive en su interior durante ocho horas y regresar a su casa para intentar tener una vida normal, sin descolgarse del mundo”.
En este día “les deseo a todas las madres del mundo que sean muy felices y vivan con paz. Es un papel difícil en la vida cotidiana lograr ser una muy buena mamá” expresó.
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